CON PAPÁ EN TAPIA

Esta foto nos la hizo el abuelo en el paseo que hay sobre los acantilados de Tapia de Casariego. Lo pasé bastante bien porque ya venía bastante cansada del coche y aquí estuvimos jugando un rato al sol. Además, los mayores aprovecharon para tomarse un café y un pastel, así que yo también pude merendar, que es otra de las cosas que me gustan y me calman.

CUANDO EL HAMBRE APRIETA

Mi bisabuela solía dormir a papá, cuando este era pequeño y se quedaba a pasar el fin de semana en su casa, con varias canciones infantiles antiguas. Una de ellas tenía una estrofa que decía "Pero cuando el hambre aprieta/ Ni a los vivos ni a los muertos se respeta".

Y algo así debí pensar yo el otro día mientras paseábamos por Luarca (Asturias), porque no me quedé a gusto hasta que encontraron un rincón tranquilo y apartado donde mama pudo sentarse y darme la comida. Y la verdad es que no está nada mal esto de comer al sol de primavera-

POR LA PLAYA

Tendríais que haberme visto paseando por la playa. Apenas me tengo en pie y aún estoy empezando a dar los primeros pasos, bastante torpes, siempre de la mano de alguien mayor, pero aún así, en cuanto la abuela me puso en el suelo, empecé a andar (más o menos) hacia la orilla lo más rápido que supe. Supongo que me llamaron la atención la olas.

EN CUDILLERO

Otra de las paradas del viaje fue Cudillero. Estuvimos dando un paseo por el puerto y la abuela me dio algo que resultó ser una de las mejores sorpresas del viaje: una barrita de pan de esas que algunos llaman colines y que en Italia llaman grissini. La verdad es que el nombre no me importa, pero me encantó lo de poder pasar un rato jugando con el sin que se deshiciese, llenándome la camiseta, la cara y la silla de migas más o menos masticadas. Buenísimo.

EN AS CATEDRAIS

Una de las paradas de la escapada que hicimos por el norte fue la playa de As Catedrais (Ribadeo, Lugo). Allí estuvimos un rato paseando por la arena y, cuando subió la marea, sentados en los acantilados, como en la foto, disfrutando de las vistas y, en mi caso, disfrutando también del sabor de mi zapato.

EN EL HOTEL CON MI NUEVO LIBRO

El sábado, después de dar una vuelta, estuvimos en una librería donde me compraron los cuentos completos de Beatrix Potter para cuando sea un poco mayor. Pero al salir, en una mesita, me di cuenta de que no tenía que esperar tanto y de que había libros que puedo disfrutar ahora. Así que mamá y papá me lo compraron y nos fuimos al hotel, donde me pasé un buen rato descubriendo este nuevo libro que, como tiene las hojas duras, está a salvo y puedo jugar con él mientras miro las ilustraciones sin que mis padres tengan miedo de que lo destroce.

DESCUBRIENDO LA GAVIOTAS

Esta es la cara que se me quedó el otro día en en parque de Cimadevilla, en Gijón, cuando descubrí que las gaviotas me pasaban volando muy cerca de la cabeza. Como hacía un atardecer muy agradable me pasé así un buen rato, disfrutando del paseo y de mi nuevo descubrimiento.

BÓLIDO

Aún no ando, pero ya tengo ganas. He llegado a esa edad en la que ya me tengo en pie -con ayuda, eso si- y en la que ya no quiero estar sentada ni, por supuesto, tumbada. Así que la abuela me ha regalado este bólido que de momento hemos instalado en la galería de su casa y en el que me paso un buen rato cada vez que voy por allí.

De momentos solo consigo avanzar hacia atrás, pero creo que poco a poco, con paciencia, acabaré consiguiendo llevarlo a donde yo quiera.

Por cierto, me voy con mis padres y los abuelos a pasar unos días fuera, así que estaré sin subir fotos hasta la semana que viene. Ya os contaré a la vuelta.

ACTUALIZACION: Acabo de ver que tengo una visita desde Cardiff. Hola, Cristina! Eso si, me pregunto quien es el que entra desde Hangzou (China).

PREPARADA PARA EL PASEO

Como decía el otro día, el sábado me llevaron a dar una vuelta por el campo. Aquí me teneis, bien acomodada y protegida del sol para disfrutar del paseo sin problemas.

CON EL ABUELO

Os presento a mi abuelo, el padre de papá. El sábado me llevó a conocer el río y me sentó aquí, en un muro de la orilla, para que puediese quedarme embobada con las vistas.

Lo veo sobre todo los fines de semana, porque entre semana tenemos horarios distintos, pero me gusta mucho salir a jugar con él al jardín o, como ete fin de semana, que me lleve de excursíón.

TOMANDO EL POSTRE

Me parece a mi que esto de comer me gusta casi tanto como a papá, porque desde que empecé a tomar papillas me estoy aficionando. Ahora, que ya tengo siete meses, además, me gustan las cosas que se puedan masticar un poco. Y eso que no tengo dientes. Será que empiezo a aburrirme de tomarlo siempre todo machacado y en papilla, pero si me dejan chupar un trozo e fruta durante un rato me lo paso estupendamente. Y no es que no me gusten las papillas, que además me preparan mamá y papá en casa, variando los ingredientes e intentando que pruebe sabores nuevos, pero es que a una también le gusta de vez en cuando tomarse una naranja.

EN EL RIO

El sábado estuve con papá y con los abuelos (con los padres de papá) en el río Tambre. A pesar de que está muy cerca de casa nunca había estado y la verdad es que me impresionó bastante y me pasé un buen rato mirando para él. Además, como hacía una mañana estupenda, aprovechamos para jugar sentados en la hierba, hacer fotos y tomar un poco el sol.

DE RESTAURANTE

Antes, cuando era pequeña, me gustaba menos, pero ahora qye ya me he acostumbrado (a fuerza de insistir) no me molesta nada acompañar a mis padres cuando van a algún restaurante. Eso si, yo me llevo mi comida preparada de casa y luego me la tomo allí: Y me embadurno por toda la cara. Además, últimamente estoy acostumbrándome a algo muy divertido: al llegar al restaurante elijo a un camarero o camarera y a partir de ahí, cada vez que lo veo pasar por el comedor, cuando viene a servir un plato o a retirarlo, me parto de risa mirando para él. Claro, como es lógico, me lo acabo ganando.

Aquí en la foto estoy en el restaurante Allo e Aceite, en Marín (Pontevedra). .

LA NIÑA DEL ESPEJO

Desde hace unas semanas estoy empezando a fijarme más en algunas cosas. Por ejemplo, me tienen impresionada los números luminosos del ascensor y me encanta ver como van cambiando mientras subimos desde el garaje a casa.

Otra de las cosas que he descubierto y que me entretienen mucho es que en los espejos hay una niña que siempre quiere jugar conmigo. Es una niña a la que le grito, le río, intento tocarla y nunca me canso de jugar con ella. Un remedio casi infalible cuando estoy de mal humor. Solo hay que ponerme delante de un espejo para tenerme entretenida.

Así que he decidido que lo mejor sería poner aquí una foto en la que salgo jugando con ella, algo que cada día me gusta más.

NO PHOTOS, PLEASE

Ahora entiendo a los famosos que se agobian cada vez que ven una cámara. Y es que una no se levanta con su mejor aspecto y no te dan ni tiempo a peinarte un poco. En cuanto te descuidas, ahí está tu padre con la cámara. Así no hay quien pueda.

ANDREA

Andrea es la hija de dos amigos de mis padres, Paula y Luis. Ella es de Santiago, él de Burgos y Andrea, aunque nacida en A Coruña, es ferrolana. La conocí hace unos meses en su casa de Narón pero hace unos días, por fin, ella vino a conocerme a casa. Y aunque al principio no sabía muy bien que era aquello tan parecido a mi (no estoy demasiado acostumbrada todavía a ver a otros niños) y aunque en la foto parezca que le estoy echando las manos al cuello, al final, despues de las respectivas siestas, acabamos tocándonos las caras la una a la otra para irnos reconociendo. Y parece que no nos llevamos mal.