En la escapada por Ortegal de hace unos días una de las cosas que más me gustaron fue esta figura de un cerdo que hay en el medio de la aldea de Espasante. En este pueblo tienen desde hace años una tradición que consiste en que el día de San Antonio, en pleno verano, se suelta un cerdito por la aldea para que viva en ella y se pasee libremente, alimentado por los vecinos, hasta el 5 de enero, día en el que se sortea. Cada año es un cerdito nuevo, pero todos los años recibe el nombre de Antón.
Este año no se pusieron de acuerdo para organizarse, así que no ha habido cerdito Antón, pero por suerte está este figura con la que, además, es más fácil jugar. A ver si el año que viene vuelven a soltar a un Antón por las calles y podemos acercarnos a conocerlo.
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