
El otro día fui a ver un molino en Pontemaceira. Nunca había visto uno. Son como casa, pero más pequeños y a la orilla del río. Dentro no había luz, así que daba un poco de miedo, pero al final, tras dudar un poco en la puerta, me decidí a entrar.
Toda la verdad sobre el día a día de la gastrónoma, viajera y melómana más joven de la red
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