
Hacía tiempo que me llamaba la atención la casa de muñecas de la abuela, pero ahora que empiezo a manejar las manos con algo más de precisión por fin puedo jugar con ella. Y la verdad es que me entretiene muchísimo: tanta cosa pequeña y todo a mi alcance dan para un buen rato sin desconcentrarme. No hay más que verme en la foto.
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