Desde que tenía seis o siete meses me han gustado los columpios. Al principio me limitaba a sentarme allí y a dejar que me balancearan suavemente, pero con el tiempo voy pidiendo que me empujen con más y más fuerza.
Ahora que ya me voy arreglando yo sola estoy empezando a descubrir otros entretenimientos que hay en los parques. El que más me gusta, después de los columpios, es el tobogán. Es cierto que aún soy un poco torpe, pero con un par de meses más de entrenamiento lo tendré dominado.
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