El otro día publiqué aquí una foto con el libro que mis padres me compraron en Gijón. Pero no todo va a ser lectura. Después de un rato de pasar las hojas con calma y de mirar los dibujos decidí que me apetecía revolcarme un poco por la cama. Ahora que ya he aprendido a voltearme y que comienzo a arrastrarme es una de las cosas que más me entretienen. Eso si, más vale que sea sobre una cama grande.
2 comentarios:
Hola Flavia. Eres estupenda, lo cual no es de extrañar, porque la genética te ha echado una mano enorme.Te mando un bico muy grande y otro para el amanuense.No dejes que decaiga, dale caña hasta que puedas escribir tu solita.
Mi madriña Flavia, que dulzura, e cómo che se notan as medras !.
Unha mociña feita e dereita.
Xa escusas babeiro.
Dous bicos neses mofletiños deben saber!.
Aí che van, muahh,muaah!
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