
A pesar de que a veces tengo unas rabietas monumentales, que no tienen demasiado éxito entre mis padres y abuelos, prometo intentar entrar en el 2007 con esta cara y conservar el buen humor todo el año.
Y para ello nada mejor que las estupendas siestas que me doy, como esta en casa de la abuela, que me ayudan a despertarme con el mejor de los caracteres. Y si además sueño con algo agradable, como parece que hacía cuando me sacaron la foto, mejor todavía.
FELIZ 2007!!!